Mi experiencia personal recorriendo el Desierto de la Tatacoa durante tres días inolvidables. Más que una guía de viaje, esto es una charla entre amig@s donde te cuento lo que viví, lo que aprendí y lo que me sorprendió de este lugar increíble. Así que si estás pensando en visitarlo, o simplemente tienes curiosidad, aquí va mi historia con toques de recomendación sincera, emoción y tierra roja en los zapatos.
1. Preparativos para una escapada perfecta
Todo comenzó con un viernes libre y un anhelo guardado: conocer ese rincón de tierra que parece de otro planeta. El Desierto de la Tatacoa, al sur del Huila, nos llamaba con su voz seca y su promesa de silencio estrellado.
Viajamos en carro desde Bogotá, con nuestro perro Pirata, en busca de libertad y caminos sin apuro. Alquilamos el auto en Alquicarros (+57 318 7703670) por COP $800.000 para tres días. Cruzamos aproximadamente seis peajes (COP $8.000 cada uno) y gastamos COP $80.000 en combustible.
Reservamos hospedaje una semana antes. Tras explorar Booking y redes sociales, nos decidimos por el Tatacoa Star Eco Hotel (+57 310 2557207), un lugar pet-friendly donde el desierto parecía abrazarte desde la ventana. Pagamos COP $200.000 por noche por una habitación triple, con desayuno y parqueadero incluidos.
El guía lo encontramos en el camino, como se encuentra lo inesperado. Robinson Cleves [+57 311 8380407] nos llevó por los senderos ocultos del desierto, contándonos historias de viento, fósiles y soledad por COP $120.000.
Comer en la Tatacoa también tiene su poesía: platos sencillos, sabrosos, que saben mejor después de una caminata. Cada comida nos costó alrededor de COP $30.000.
2. Lugares que no te puedes perder
🏜️ Desierto Rojo (El Cuzco)
Este es el corazón rojo de la Tatacoa. Un paisaje esculpido por el viento y el tiempo, donde la tierra se levanta como olas petrificadas. Caminar por aquí es como sumergirse en un sueño marciano: cañones, figuras caprichosas y un silencio que retumba.
El guía convierte esta caminata en un viaje a través del tiempo. Nos mostró «la tortuga», «el fraile», y otras figuras talladas por el azar del clima. Aquí todo es calor, luz, y polvo que se te mete en el alma. Lleva agua, sombrero, y ropa que no le tema al sol.
🏞️ Desierto Gris (Los Hoyos)
A veinte minutos del rojo, el gris. Otro rostro del mismo desierto. Aquí la tierra es más suave, como si hubiera llorado durante siglos. Las formaciones son menos agresivas, más melancólicas. Y en medio del polvo, una piscina natural: un oasis inesperado.
Aprendimos que la Tatacoa no es realmente un desierto, sino un bosque seco tropical. Que donde hoy hay grietas, hace millones de años hubo mar. Y que los cactus Candelabro guardan madera en su interior, como si quisieran recordar su parentesco con los árboles.
Este rincón es perfecto para quienes quieren sentarse, respirar, y escuchar el murmullo antiguo del paisaje.
🔭 Observatorio Astronómico
Cuando cae la noche, la Tatacoa enciende su espectáculo más poderoso: el cielo. Sin luces que lo opaquen, el firmamento se despliega en todo su esplendor. Visitamos uno de los observatorios, donde un astrónomo apasionado nos guió entre constelaciones y planetas con la precisión de un poeta.
Orión, la Cruz del Sur, Júpiter… nombres que conocíamos pero que aquí se volvieron íntimos. Recostados sobre una manta, con el perro dormido a los pies, nos sentimos pequeños y enormes al mismo tiempo. Una experiencia que no se puede explicar del todo, solo vivir.
3. Cosas que se nos quedaron pendientes
- Mirador de Ventanas: Un balcón natural para ver amaneceres y atardeceres. Lo dejamos para otra visita.
- Sesión de fotos nocturna: Son muy populares la sesiones fotografías en la noche en el desierto, pero nos intereso mas visitar el observatorio.
4. Cosas que no volveríamos a hacer
- Salir de Bogotá a las 17:00: El tráfico nos atrapó por dos horas. La próxima, saldremos con el sol saliente.
- Viajar de noche entre Neiva y Villavieja: La oscuridad hace misteriosa la carretera, pero también incómoda. Mejor recorrerla de día, cuando el paisaje acompaña.
5. Recomendaciones clave
- Ropa ligera, sombrero, gafas de sol, protector solar y agua: serán tus aliados.
- Todo el desierto es pet-friendly, pero hay que cuidar a nuestras mascotas:
- Muchas cabras en la zona pueden tentar su instinto de correr.
- Las dunas deben preservarse; no se debe caminar sobre ellas.
- Lleva zapatos cómodos para caminar mucho y bien.
- Para el observatorio: manta, abrigo ligero y disposición para mirar hacia arriba sin apuro.
6. Costos estimados del viaje
Gasto | Valor aproximado |
Alquiler de carro | COP $800.000 (3 días) |
Peajes | COP $48.000 (6 peajes aprox.) |
Combustible | COP $80.000 |
Hospedaje | COP $200.000 por noche (habitación triple) |
Guía turístico | COP $120.000 |
Comidas | COP $30.000 promedio por plato promedio |
7. Datos útiles
- Ubicación: Desierto de la Tatacoa, municipio de Villavieja, departamento del Huila.
- Tiempo de llegada desde Bogotá: 7-8 horas por carretera.
- Aeropuerto más cercano: Aeropuerto Benito Salas, en Neiva.
- Vuelos a Neiva: Hay vuelos desde Bogotá con aerolíneas como Avianca, Satena o EasyFly. El costo puede oscilar entre COP $200.000 y $400.000 dependiendo de la temporada.
- Viaje en bus desde Bogotá: Puedes tomar un bus desde el Terminal de Transporte de Bogotá hasta Neiva con empresas como Coomotor, Bolivariano o Cootranshuila. El trayecto dura entre 5 y 6 horas y cuesta entre COP $60.000 y $80.000 dependiendo de la temporada. Desde Neiva puedes tomar otro bus hasta Villavieja (COP $10.000 aprox) o contratar un mototaxi (COP $15.000 – $20.000).
Si buscas un destino fuera de lo común, con paisajes de otro mundo, cielos estrellados y una energía muy especial, el Desierto de la Tatacoa es el lugar perfecto. ¡No te lo pierdas!
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