Un viaje al corazón seco del Huila, donde la tierra se viste de rojo y gris, el silencio suena profundo y el cielo se vuelve un espectáculo cada noche. El Desierto de la Tatacoa nos regaló paisajes que parecen de otro planeta, momentos de conexión pura con la naturaleza y una experiencia que no se olvida.
A través del lente de Ibai Fernández, estas imágenes capturan la magia de ese rincón del mundo. Ojalá, al verlas, puedas sentir el calor del sol, el viento entre los cactus y la inmensidad de este paraíso seco.